El príncipe William y Taylor Swift se unen a Bon Jovi para “Livin’ On A Prayer”

 

 

¿Alguna vez imaginaste una colaboración entre la familia real y el legendario ícono de la música? Hoy, nos gustaría presentarte una actuación en trío con dos grandes estrellas de la música y un miembro de la familia real.

En un evento memorable en el Palacio de Kensington en 2013, Jon Bon Jovi subió al escenario en la Cena de Gala de Centrepoint y sorprendió a todos al invitar a un invitado especial a unirse a él. Mientras tocaba los acordes iniciales del éxito icónico de su banda, “Livin’ on a Prayer”, sugirió que el “chico del karaoke” pudiera subir y cantar algunas palabras. Para sorpresa de todos, el “chico del karaoke” resultó ser nada menos que el Príncipe Guillermo, un mecenas de la organización benéfica para personas sin hogar Centrepoint.

 

Aunque el príncipe dudó al principio, Bon Jovi lo animó persistentemente a unirse al coro. “Vas a subir al escenario para el coro”, insistió. Cantó el primer verso de una versión simplificada de su canción característica.

Con el apoyo de Taylor Swift, el escenario estaba preparado para una colaboración extraordinaria. Dos superestrellas de la música y un miembro de la familia real estaban a punto de unirse e interpretar una de las canciones más queridas de la historia del rock.

 

A medida que avanzaba la canción, el príncipe ganaba confianza y su voz se hacía más prominente. El dueto con Swift, una cantante aclamada por derecho propio, solo mejoró la encantadora actuación. Cuando terminó la actuación, William y Swift salieron elegantemente del escenario de la mano.

La actuación ha obtenido más de 3,5 millones de visitas y ha recibido innumerables elogios de los espectadores. Mira este increíble momento a continuación:

 

Al reflexionar sobre esta experiencia, William reconoció que le ayudó a aumentar su confianza. A pesar de sentirse incómodo en el escenario, reunió el coraje para actuar ante la insistencia de Swift.

 

A pesar de haber olvidado parte de la letra, que resultó ser una de sus canciones favoritas, apreció la lección que le enseñó: que está bien dejar de lado las preocupaciones sobre la imagen y, a veces, aceptar el hecho de hacer el ridículo.

Esta inolvidable colaboración entre la realeza musical y la familia real demostró el poder de la música para unir a la gente y trascender fronteras.